martes, 12 de abril de 2016

LA ERA DE LA INTELIGENCIA HÍBRIDA , INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Lunes 12 de Abril del 2016 



Se habla mucho en estos días acerca sobre la posibilidad de muerte inminente  así como la INTELIGENCIA ARTIFICIAL se vuelve cada vez más inteligente.
Como consecuencia, los nombres más renombrados están haciendo un llamando a la prudencia: el optimismo futurista de protagonistas como Ray Kurzweil se ve compensado por la preocupación expresada por Bill Gates, Elon Musk y Stephen Hawking. Y filósofo sueco Nick Bostrom que explica todo sobre el pensamiento aterrador de todo lo que podría dar lugar la INTELIGENCIA ARTIFICIAL. Por esto hay muchas razones para estar preocupados.
Hoy en día, existen razones para estar preocupados por la posibilidad de aviones no tripulados autónomos, tomando decisiones, o coches de auto-conducción al hacer una elección entre chocar contra un árbol en carretera o atropellar a un niño.
No tiene por qué ser así. Hay una mejor manera de hacer uso de la INTELIGENCIA ARTIFICIAL, y la clave es reconocer que las inteligencia humana y de la máquina son complementarios.
El resultado final es que las maquinas simplemente no son tan inteligente como las  personas. Claro, tenemos máquinas que son capaces de jugar al ajedrez por ejemplo. Pero ya se dejó atrás la larga época en la que  se consideraba que éstos eran los únicos aspectos relevantes de lo que significa ser inteligente.
Han pasado 20 años desde que Daniel Goleman popularizó el concepto de inteligencia emocional (IE). Realmente no importa si se piensa o no que la IE es algo que se conoce apropiadamente como una forma de inteligencia; claramente hay un conjunto de características y capacidades que tenemos que las máquinas no comparten, y juegan un papel clave en el sentido que podamos darle a la razón.
Economistas de la vieja escuela todavía pueden aferrarse a la idea de que todos somos responsables de tomar decisiones racionales, pero el campo de la economía conductual ha demostrado que existen límites a la racionalidad de los agentes económicos, y que gran parte de nuestra racionalidad es realmente racionalización de causalidad falsa.



Tenemos que ser la exploración de la simbiosis, no la competencia.

 En pocas palabras, la inteligencia artificial y la inteligencia humana son cosas diferentes, y el uso de términos similares para los dos fenómenos sólo sirve para confundir las cosas. Un paso en la dirección correcta sería la de dejar de hablar de máquinas cada vez más inteligentes.
Sí, las máquinas pueden hacer más y más cosas, y su lógica se hace cada vez más compleja, por lo que son capaces de responder adecuadamente a las situaciones más complicadas, y manejar más parámetros de varianza. Pero nuestros respectivos puntos fuertes se encuentran en diferentes escenarios. Y lo que esto significa es que tenemos que ser la exploración de la simbiosis, no la competencia.
Esta observación tiene una importancia particular para el desarrollo de la Generación de Lenguaje Natural (NLG) – que es la tecnología de las máquinas. Excepto que no estoy seguro de que es realmente la forma en que deberíamos describirlo. Esa descripción es realmente un atajo para decir que los algoritmos son desarrollados, que encarnan mecanismos para la creación de contenido textual como salida, en base a datos proporcionados como entrada.

No somos máquinas. Las máquinas no son seres humanos. Cada uno de nosotros podemos  aportar algo a todas las actividades ya que existen actividades en que las máquinas realmente no pueden realizar estos oficios, y esto es solo un refuerzo de que los hombres son más inteligentes que las maquinas.

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